EL ORIGEN DE LA ENFERMEDAD
Características, consejos y ejercicios prácticos de meditación para la buena salud.
La enfermedad es, desde la perspectiva de un sanador, un desequilibrio. Y éste es el resultado de olvidarse de quién es uno. Este olvido crea pensamientos y acciones que conducen a una forma de vida insana y en su momento, a la enfermedad.
En sí misma, la enfermedad es la señal de que uno está desequilibrado por haberse olvidado de quién es.
Se trata de un mensaje directo que no sólo nos dice la forma en que estamos desequilibrados, sino que nos muestra además los pasos que debemos dar para volver al “Yo real” y por consecuencia a recuperar nuestra calidad de vida, la que en verdad nos pertenece.
Esta información es muy específica si se sabe cómo acceder a ella con seguridad.
Por tanto, se puede entender la enfermedad como una lección que uno se da a sí mismo para ayudarse a recordar quién es.
El lector pensará inmediatamente en todo tipo de excepciones a esta afirmación.
Otros la definen como una solución biológica de supervivencia. Como un mecanismo de defensa ante diversas situaciones emocionales en conflicto.
Pero suponiendo que nos limitamos a esclarecer el misterio relacionado a esta vida y a este cuerpo físico que hoy nos provee de una identidad ante los demás. ¿De qué sirve? Eso es lo que se ha hecho todo el tiempo, sin embargo, la finalidad que perseguimos es más trascendental.
Es lograr aumentar nuestro concepto de sí mismos como seres multidimensionales; es entender que hoy somos el resultado de una serie de experiencias pasadas; en otro tiempo, en otras vidas y por consecuencia, nuestro trabajo de auto-sanación tiene la finalidad de erradicar cualquier problema originado en este amplio campo de posibilidades.
"Si logramos conocer nuestra verdadera identidad,
nuestra auténtica naturaleza y nuestro propósito en la vida,
habremos avanzado más del 50%
en el proceso de la curación".
EL PODER DE LA PALABRA
Una buena manera para comenzar a trabajar es comprendiendo el poder de la palabra.
Siempre me gusta mencionar algunos textos del libro del Génesis que hablan precisamente sobre la mecánica del origen de las cosas, según los hebreos: “Y Dios dijo… y fue hecho”.
Cuántas veces en nuestra niñez nos arrullaron con palabras de amor y seguridad, y aún sin razonarlo, perdimos la noción del tiempo y dormimos plácidamente.
Cuántas veces en nuestra infancia nos hirieron más las palabras que los golpes de quienes, en nuestro proceso de experimentación y crecimiento, forjaron nuestro carácter.
Pero todo es parte de un aprendizaje y a medida que avancemos entenderemos que nada es producto de la casualidad. Y cuando se comprende esta parte del proceso, el perdón es superado por la gratitud, y en consecuencia, habremos afianzado el acceso directo a la salud; tanto del alma como el del cuerpo físico en el que decidimos venir a vivir las experiencias físicas para nuestra evolución.
En este resumen ofrecemos una descripción gráfica y clara de nuestra experiencia con los sentimientos y los pensamientos.
Para seguir explorando el origen de lo que nos afecta se sugiere plantearse las siguientes preguntas, llamando a las cosas por su nombre e identificando las creencias respecto a nosotros mismos y en las que hemos cimentado nuestra calidad de vida.
¿Qué partes de mi cuerpo me disgustan?
¿Por qué?
¿Cómo y por qué he rechazado esas partes?
Detesto________________ porque ____________________________
¿Cómo es que esas partes del cuerpo dieron origen mi auto-rechazo?
Detesto mi ____________ porque me recuerda a ___________________
¿De qué forma me he rechazo a mí mismo? _________________________________
Sus necesidades en el tercer nivel se relacionan con su mente y con la necesidad de comprender la situación de un modo claro, lineal y racional.
Esto exige la recopilación de toda la información sobre el proceso patológico que tenga lugar en su cuerpo y no limitarse a una única visión del mismo.
Lo primero que debe e hacer para hacer esto es encontrar y eliminar sus juicios negativos sobre usted y su enfermedad. Éstos obstaculizan el camino hacia las soluciones para su curación.
Tenemos muchas autocríticas negativas. Éstas difieren del auto-rechazo en que son conclusiones mentales basadas en la sensación negativa que albergamos sobre nosotros mismos.
Los juicios negativos perpetúan un ciclo de retroalimentación negativa que regenera más sentimientos negativos sobre uno mismo, los cuales, pudieran hacernos creer que estos juicios son correctos y esclavizarnos de por vida.
APRENDE A ESCUCHAR TU INTERIOR
Quedarás sorprendido de la extensión de esas voces paternas que llevamos dentro. Cuando surjan los juicios negativos, podrás escoger una o dos maneras de afrontarlos.
La primera consiste en expresarlos en voz alta para sí o ante un amigo.
Comprobarás que aquello que se dice internamente es exagerado, tanto en su índole como en su momento: sea cual fuere el problema, se te ha hecho creer que tú has sido siempre peor que cualquiera.
Por ejemplo:
Mereces estar enfermo porque eres un ______________________________
La razón por la que estás enfermo es que siempre _____________________
Ahora que estás enfermo, todo el mundo sabe que eres un ______________
Cada vez que intentas hacer algo, lo echas todo a perder.
Nunca serás un buen ________________________, más vale que lo olvides.
Sabía que no lo conseguirías.
Date por vencido y quítate de en medio.
Eres un problema para todo el mundo; más vale que te calles.
Una vez que hayas pronunciado estas cosas en voz alta, sobre todo en presencia de un amigo, te darás cuenta de lo ridículas que son. Tu amigo conoce también la verdad acerca de ti y puede ayudarle en la terapia.
Por otra parte resulta sorprendente lo estúpidas que suenan algunas de nuestras autocríticas cuando las pronunciamos en voz alta para oírlas.
La segunda manera de afrontarlas es dejar que tus actitudes negativas se vuelvan positivas tan pronto como puedas y sin autocritica. Por ejemplo, si tú te dices: “Qué estúpido soy”, puedes sustituirlo por una afirmación positiva como: “Soy inteligente”; o “Comprendo...”
Quizá te escuches decir: “No voy a mejorar”. Puede sustituirlo por: “Mejoro día a día” o “Mi cuerpo es capaz de curarse”.
Elije el método que más te convenga, según la situación en que te encuentres cuando surjan tus autocriticas negativas.
La eliminación de autocríticas negativas te facilitará la labor de encontrar mejores formas para tratarte.
Las autocríticas te impedían esperar lo mejor de ti porque habías dotado a tu mente de pura información equivocada. En cuanto suprimas la información errónea desbloquearás todo aquello que impedía el flujo de la energía requerida para tu sanación.
AFIRMACIONES PARA LA SALUD
Me quiero.
Me quiero con todas mis imperfecciones.
Soy un individuo fuerte y creativo, con mucho amor.
Quiero a mi esposa, a mi hijo, a mi familia, a los animales.
Acepto la vida que he creado para mí y puedo cambiar las partes de ella que no me gustan.
Puedo seguir queriendo a las personas con las que disiento.
Soy un ser bello y radiante de luz.
Estoy lleno de amor.
Recuerdo quién soy.
Estos modestos recordatorios de quién usted contribuyen a construir una actitud muy positiva hacia el propio ser.
MEDITACIONES CURATIVAS
A continuación te compartimos técnicas de meditación que han sido aplicadas y recomendadas ampliamente por expertos curadores.
Estas meditaciones han sido diseñadas para curar el segundo nivel del campo aural. Son simples y fáciles de realizar, y resultan muy efectivas para limpiar, equilibrar y cargar este campo en especial.
MEDITACIÓN DE RESPIRACIÓN EN COLOR
Puesto que el segundo nivel del campo contiene todos los colores, una forma simple de cargarlo consiste en “respirar a colores”.
Puedes utilizar los colores que prefieras. Te sugiero pruebes con los siguientes: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil, morado, lavanda y rosa. También puedes incorporar el blanco, plateado y dorado.
Consigue una muestra de los colores que desees utilizar, como un trozo de tela, papel, plástico o vidrio. Incluso, puedes servirte de los colores del arco iris originados por el sol a través de un cristal emplomado de una ventana.
Procura seguir las instrucciones al pie de la letra. No te limites a pensar solamente en el color, o lo convertirás en amarillo. Siéntelo
Al pensar, se activa el tercer nivel del campo y se le aporta energía. El amarillo es el color que se genera al pensar. Para mantener el flujo de energía hacia el segundo nivel del campo, hay que sentir el color. Debes identificarte con el color. Debe ser el color. Para identificarse con un color, has de acceder al estado sensible de ese color.
1. Sostén el color en tu mano, palpa el color, míralo.
2. Inhala el color. Llena todo tu cuerpo de ese color.
3. Conviértete en el color.
4. Ahora exhala el color.
5. Vuelve a inhalar el color. Esta vez llena todo tu campo aural de ese color. Imagínate que eres el color.
6. Experimenta la sensación de ser ese color.
7. Ahora exhala el color.
8. Repite el proceso varias veces.
9. Ahora inhala el siguiente color. Llena tu cuerpo y tu campo de ese color.
10. Repite varias veces el proceso con cada color antes de pasar al siguiente.
* Cuando hagas esto, notarás que colores distintos, tienen efectos distintos sobre tu estado de ánimo.
Cada color está asociado con un principio o cualidad.
Si necesitas ese atributo en tu vida, el hecho de meditar en ese color e incorporarlo en ti te ayudará a desarrollarlo.
La siguiente figura presenta una lista de colores, los vórtices y las partes del cuerpo que estos nutren.
|